En lo irrreal siempre está presente una porción de lo real.
Kristallos -Cristal de roca- son sólo reflexiones, fantasías, historias imaginarias, que nacieron de una palabra, una imagen, un hecho fortuito o tan sólo de lo que dicta la musa, sin rimas.


Mi otro blog

lunes, 7 de diciembre de 2009

Sin dobleces, lo mismo adentro que afuera...

Lo primero que se piensa cuando alguien pasa por un momento de sufrimiento interior, es mentalizarse de que ya pasará, sólo hay que darse tiempo para elaborar el dolor y hacer el duelo.
Cuando no termina con el paso del tiempo, se recurre al médico.

El diagnóstico de los sabedores, no de los sabios, "sabedores" de un poco de algunas cosas, daba la impresión de que era algo simple, una de esas situaciones que se pueden arreglar con unas gotitas (de las que terminan en -zepan, tril, lium…) que en realidad lo que hacen es inhibir la posibilidad de expresar lo que sentimos, pensamos... haciendo además que todos los movimientos sean en cámara lenta, los miembros pesan, te impiden dibujar una sonrisa, ya que no puedes controlar tus movimientos.

Amén de la recomendación de no dejar de tomarlos, “a horario” y como no se puede pensar, el paciente se ve en la necesidad de ayudarse con alarmas y anotaciones, si sólo nos fiamos de la alarma no podríamos saber para qué sonaba.

Dejó de llorar “porque si”, “sin razón”, no sentía pena por su dolor, ni por el de los demás.

Pero… ¿Pensar? ¿Sentir? siguió sintiendo y pensando. Ellos "los sabedores" ordenan o aconsejan como complemento: "deje de pensar", cosa fácil en teoría, "salga a caminar" con los pies a rastras, piensa uno; y sin en realidad ver, sólo observar como muñeco de aparador.

En fin, ésa es la solución al dolor del alma, dolor que para ellos tiene nombres más sofisticados, como. "estrés, depresión, angustia, duelo no elaborado, melancolía crónica, etc."

Dolor no! el dolor es físico.

Ella pasó por todo ésto, hasta que un día decidió SER, con dolor o sin él, tomó la decisión cuando ya quedaba poca vajilla, porque la mayoría se había roto a causa de su torpeza involuntaria, descubrió que había momentos en su vida cotidiana en los que hubiera querido reír y sólo había podido esbozar un simulacro de sonrisa, vestida, a veces, de alegría.

Se cansó de que generalmente sus primeras respuestas fueran: eh?; cómo decías? Siempre perdida…

Perdón, no te escuché…y que ante el reclamo de algún conocido, que encontraba al pasar, debía disculparse por estar “distraída, en otra cosa” o con un “no te reconocí!”.

Dejó de tomar los “represivos” y de pronto y un buen día, rompió en llanto, todo seguía igual, porque todo seguía allí dentro de sí, y a su alrededor todo era igual.

Y encontró la forma de no sufrir, “no se permitiría recordar”, nada, ni bueno, ni malo.

Había olvidado que existen varios niveles de pensamiento, por lo tanto todo sigue allí en el fondo del pensamiento, aquél que no habla, no susurra, no muestra imágenes, pero silenciosamente va minando el alma y el cuerpo.

Cuando se comenzó a notar la angustia en su imagen física, aparecieron los que con buenas intenciones te dicen lo mal que luces.

Por otra parte, la familia, los amigos, los vecinos, hasta los que te cruzas en una sala de espera tienen consejos (sin que los pidas).

Comienzan con un "qué cara!" y lanzan sin darte tiempo a tragar, las recetas mágicas; de sus ancestros, de lo que ellos harían (porque no están en tu lugar), o "de lo que dicen que dijeron" que se debe hacer.

Así ocurría conmigo, casi a diario.

Ése día me llegó el consejo metafísico, "cómo es afuera es adentro" (éste es para el caso de que el malestar sea del alma, porque si todo está bien a nivel emocional, corresponde decir "como es adentro es afuera" –se me ocurre-); la bien intencionada amiga lo lanzó y dio los ejemplos de lo que debía hacer:

- Tienes que tapar esas canas, (ésta comprobado que salen en estados de melancolía).
- Tu piel se ve cansada, tienes que exfoliar, una buena crema, te maquillas, delinea tus labios.
Pintalos...

Por supuesto habló de marcas, métodos y colores que le quedarían bien.
Todo con indicaciones útiles; se notaba que era una maestra en cuestiones de camuflaje.

- Las manos....-hazte las manos y cuidalas, son carta de presentación- (a quién? no sé)
- Usa colores claros, esa ropa obscura y holgada, no te favorece; te hace ver amargada!
(Ja...! que noticia, me hace ver Toda YO)

Durante unos días lo pensé… lo dejé de pensar; pero la volví a encontrar y sólo dijo:
- Y? para cuándo? , no seas floja! 15 minutos te lleva estar bien! (estar?o tan sólo parecer que estoy bien?)

No me preguntó ¿cómo estás? ¿Por qué? ¿Qué puedo hacer por vos?; fue en ese momento, cuando me di cuenta que en realidad su preocupación no era por mi, sino porque afeaba el paisaje que ella tenía tan bien controlado.

Así que, como considerada, comprensiva, solidaría... etc. soy. Puse manos a la obra, para pintar una imagen que no arruinara el paisaje de los demás.

En parte tuve que darle razón, ya que el tiempo que me llevó, comprar y elegir toooodos los productos mágicos, y después empaparme de las instrucciones de cada uno (eran muchas más que las de las gotitas), por un tiempo considerable tuvieron mi mente concentrada en realizar el proceso correctamente, contar los minutos exactos, aquí descubrí otra minimización que hacía ella de la realidad, sólo los preparativos llevaban más de 15 minutos, 20 para colocar la tintura, 40 para esperar (por ser la primera vez), etc. y eso sólo para desaparecer las canas, borrar mis años, que tanto sacrificios, renunciamientos, trabajos, lágrimas y alegrías me han dado.

Después de varias horas y de arruinar alguna ropa, manchar con algo que no sé con que sacar, desordenar, dejar cosas sin hacer...

Terminé! estoy lista…

Así, "producida" como lo denominó, satisfecha porque fui capaz de superar un reto más, voy a ponerme frente al espejo.

La primera impresión, waau! me veo bastante bien, comienzo a mirar en detalle: la ropa... si... No está mal..., el color del cabello me hace más joven; el maquillaje le dio vida a mi cara, el delineador resalta mis ojos...

Para admirar los detalles, me acerco más al espejo... los ojos… me estoy mirando a los ojos....
Oh no!... todo está allí, todo sigue allí... comienzan a derramar la verdad, el dolor... se mezcla con el delineador... corren arroyos negros por mis mejillas...

COMO ES AFUERA NO ES ADENTRO!

De todas formas, intentaré ser el graffiti o el mural que embellece el paisaje urbano, pero…. sin delineador!

***
La amiga comentó después, cuando lo supo:
- qué tonta, no debiste usar delineador!

***
Quién está vacía? ella o yo?


Mil gracias al corrector literario omnisciente (casi omnisciente)

2 comentarios:

Mariana dijo...

Te entiendo y te comprendo es difícil claro no siempre ese ahogo del alma se va con tratamientos ni con caminatas ni con medicinas...pasa que irremediablemente el paso del tiempo y la nostalgia van de la mano un camino largo y espinado...luego una mañana cualquiera te das cuenta que se han separado cada uno por su lado
y esta vez esa nostalgia ya, no nos lastima el corazón, observando desde la vereda del frente.



UN BESO GRANDE!...

Unknown dijo...

Te quiero mucho, asi como eres, por dentro y por fuera.

Edgar.-