En lo irrreal siempre está presente una porción de lo real.
Kristallos -Cristal de roca- son sólo reflexiones, fantasías, historias imaginarias, que nacieron de una palabra, una imagen, un hecho fortuito o tan sólo de lo que dicta la musa, sin rimas.


Mi otro blog

lunes, 11 de enero de 2010

Atrapada

Nadaba en un ambiente cálido, suave y húmedo; se sentía placentero, silencioso, paz. De improviso, se dio cuenta que había sido atrapado, encarcelado, en cálida prisión; pero también sabía que no era allí donde quería estar.
Atrapado una vez más, cuánto tiempo haría que estaba allí?, qué fuerza había influido para que no se diera cuenta en el momento? Había evitado varias veces el “mandato imperativo” de la Fuerza Universal. Ahora pugnaba con desesperación lograr escapar de la prisión nuevamente. No era que le temiese a la prisión en sí, era al después, la aparente libertad, la prisión ambulante, al albedrío, a la influencia de los otros prisioneros que se creían libres.
Fueron vanos los intentos, la jaula era firme, la guardiana obstinada. El tiempo…., el tiempo era importante y no lo recordaba; aunque aplicó toda sus experiencia escapista, no lo logró.
Se instalaron los sentidos y la percepción sobrenatural o natural de todos los defectos de “la nave” y del medio; aún así dejó de luchar; conocía los límites…. sus límites.-
Un día domingo, llegó el momento de ver la luz; estaba resignada, al menos no sería varón, pero le molestaba la cercanía del mar, le atraía el mar…. a sus simas, a sus profundidades y sabía que sería un martirio esperar hasta poder por sí sola entregarse a sus fauces para encontrar la paz, la libertad.
A la hora señalada, prestas la Moiras llegaron para hilar su Anagké. Ya conocía el ritual, aún tenía el recuerdo de las veces anteriores; Cloto se sentaría a la rueca a hilar, con lana blanca o dorada la primera etapa de su destino o quizá más, mucho más; larga senda de felicidad, o luego iría mezclando hebras negras para los dolores de la vida, a las que ellas llamaban experiencias. Lâquesis, impondría su voluntad, enrollaría en un carrete la hebra que luego desplegaría en redes que marcarían sus caminos, de éso no recordaba el orden, lo hacía antes o después de que la anciana Atropos inflexible cortara la hebra con tijeras de oro?, pensó debía ser después, también recordó que de a poco se irían borrando los recuerdos y se instalarían otros nuevos.
Cloto hiló una hebra blanca (sólo blanca, porque no algo de oro? ) y de pronto la lana negra se enredó en el vellón y aún allí en el inicio quedaron hebras negras mezcladas con el blanco; ya no quería ver; sintió el ruido de la tijera cuando Atropos cortó; el oro de la tijera sobre el oro del final, pero, tres vueltas? tres?; tan lejos! tan allá! y Lâquesis estuvo pronta a enrollar. El Universo siguió su curso, las estrellas permanecieron impasibles observando, la trama del destino; el hombre podía sufrir, desaparecer; el mundo podía estallar y ellas seguirían allí sólo observando, influyendo a veces quizá.
Comenzó así la niña a andar la senda, el curso que Lâquesis le quiso dar a ésa hebra más negra que blanca, los que aparecieron a veces por pequeños tramos nunca diáfanos; pero la alejó del mar. Muchas veces la niña-joven-mujer intentó cortar la hebra; escapar de su prisión, mas Cloto esta vez había tejido una muy firme, que sólo Atropos puede cortar.
Casi al final de la senda y ya sin fuerzas para intentar nada más, sumida en un bosque umbrío, sin la esperanza de futuros misterios, ni de música sin tiempos…. la hebra no tiene macas!… no es de lana negra!…. es BLANCA!!!!; blanca y oro, oro y blanca!
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Es imposible saber cuanto queda en el carrete; si lo negro la empañará. Pero este tramo es hermoso, sendas de oro y cristal !!!
Casi al final del camino, siente placer al andar; ahora ansía adelantar los designios de la otra hebra perfecta, de la vida que vendrá; porque esperar otra etapa siente que es mucho esperar.


Fin. 03:42 a.m. 25/10/2009